En el informe Pisa se retrata a los españoles de una manera muy negativa. Estamos por detrás de los demás países de la UE y nuestra forma de entender la educación es muy distinta. Un aprendizaje basado en la memoria y los conceptos, aunque poco a poco estamos cambiando. Desde Europa nos gritan para que hagamos el aprendizaje práctico, que nuestros alumnos aprendan haciendo y no sólo memorizando.
Tanto familias como sistema educativo al completo debemos ir adaptándonos a las demandas si queremos hacer de nuestras generaciones de alumnos, personas preparadas para el mundo que les rodea.